Monstruos en la Antártida: el calamar colosal
En abril del 2003 se obtuvo un calamar de la especie Mesonychoteuthis hamiltoni, al que han llamado "calamar colosal" para diferenciarlo del "calamar gigante" (Architeuthis dux). Esto fue en el Mar de Ross, parte de las aguas antárticas, y se trató del primer ejemplar de un M. hamiltoni que se ha recuperado intacto de la superficie del océano. El calamar estaba comiendo merluza negra, un pez que crece hasta dos metros de longitud, cuando fue capturado. Ya estaba muerto al ser subido a la embarcación y ahora se halla en el Museo Nacional de Nueva Zelanda.

Mesonychoteuthis hamiltoni en la mesa de estudio
El Dr Steve O'Shea, experto en calamares de la Auckland University of Technology, explicó que todo lo que se sabía de estos animales es que viven en el entorno abisal de la Antártida. Se sabe ahora que es capaz de subir hasta la superficie a través de la enorme columna de agua y que alcanza un tamaño espectacular.
El Mesonychoteuthis hamiltoni fue identificado por primera vez en 1925 luego de que se hallaron dos tentáculos en el estómago de un cachalote.
Sólo se han obtenido seis especímenes de este calamar: este animal completo y cinco tentáculos que se sacaron de los estómagos de cachalotes atrapados por redes de arrastre a profundidades de of 2.000 a 2.200 metros.
El doctor O’Shea dijo: "Ahora podemos decir que alcanza un tamaño mayor que el del calamar gigante, que ya no es el calamar más grande que hay. Hemos obtenido algo que es mayor, y no sólo algo más grande, sino de un orden de magnitud mayor."
Este calamar tiene uno de los picos más grandes que se conocen en los calamares y también posee unos ganchos únicos, que giran sobre un eje, en las mazas de los extremos de sus tentáculos.
Este calamar es veloz y más agresivo que el calamar gigante. Caza haciendo resplandecer sus ojos a fin de ver los brillos que desprenden sus presas.
El manto de este espécimen tenía 2,5 metros, y se estima que este tamaño es sólo la mitad de lo que puede crecer. Los tentáculos, más que nada los prensiles, se extienden mucho más, lo que hace tan grande la longitud total del animal.
Conclusión
Lo dicho en este Zapping puede parecer una recopilación de inconsistencias. De hecho, toda observación de la naturaleza es inconsistente hasta que la ciencia toma pruebas de ella y la establece. Lo que no cabe duda es que no sólo es posible que existan aún en nuestro planeta grandes animales sin catalogar, sino que los acontecimientos de los últimos tiempos lo hacen casi seguro.
Durante todo el siglo 20, y hasta el día de hoy, se han sucedido, sin interrupción, descubrimientos de nuevas especies de animales de gran talla. En los océanos, durante los últimos años se han descubierto, entre otros, el tiburón Megachasma pelagios, de cuatro metros y medio de longitud, en 1976; y algunos grandes cnidarios (grupo de invertebrados al que pertenecen las medusas), como, en 2003, Tiburonia granrojo, una medusa de sesenta a noventa centímetros de diámetro que pertenece a una nueva subfamilia totalmente desconocida hasta esa fecha. Debemos agregar a la lista los cefalópodos ya descriptos.
En cuanto a grandes mamíferos terrestres, entre 1937 y 1993 se ha descrito en promedio una nueva especie cada seis años, y este ritmo tiende a acelerarse: es de una especie cada dos años desde 1980.
Entre los descubrimientos más recientes se encuentran la gacela de Yemen (Gazella bilkis) en 1985, el canguro arborícola de Scott (Dendrolagus scottae) en 1990, el buey de Vu Quang (Pseudoryx nghetinhensis) en 1993, el muntiaco gigante (Megamuntiacus vuquangensis) (animal del grupo al que pertenecen los ciervos) en 1994 y el muntiaco de Truong Son (Muntiacus trungsonensis) en 1997.
Estas son especies "nuevas" solamente para la ciencia, ya que en prácticamente todos los casos ya eran conocidas por los indígenas de las regiones respectivas. En el mundo entero hay testimonios de avistamientos de animales que los que viven en el lugar conocen y que nadie más ha visto. A mí me ha tocado ver, en la zona de hoteles de Puerto Iguazú, Misiones, un extraño cánido del tamaño de un perro grande al que se le llama "Zorro pitoco", que se considera extinguido. Eran las tres de la mañana y él se quedó tan helado como yo. Cada tanto los científicos encuentran uno de estos animales "mitológicos" y lo "blanquean" en sus registros. Sin embargo, en general se toma con gran escepticismo la descripción de cualquier animal grande que no está inscripto en los registros de la ciencia.
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